jueves, 8 de mayo de 2014

Vista previa de la novela

Capítulo VIII

EL túnel Oscuro y la pantalla del celestial mar 

Tras el umbral de la reencarnación
(De la novela corta digital "Tras el umbral de la reencarnación")

Beatriz, ha cometido un enorme pecado… Quitarse la vida en plena
juventud… Por una situación que no merecía, tal sacrificio… Nada, ni nadie
merece morir por un amor no correspondido, ni siquiera la malvada
Beatriz…

¡Ella tenía la posibilidad de cambiar! Si hubiese seguido con vida…
Pero, ella misma cortó esa oportunidad… ¡Pobrecita!
La conciencia de Beatriz está alerta. Tiene un intenso miedo… Se
siente que gira y gira y gira en un túnel oscuro. Siente como se desplaza y
distingue al final una intensa y agradable luz… El miedo desaparece, y lo
suplanta una gran curiosidad, al contemplar un ser divino vestido de blanco,que la observa interrogante.
  
― ¿Quién sois? Pregunta el espíritu de Beatriz.

― Soy un emisario, que te conducirá a las rondas del mundo
espiritual. No mereces ir al ansiado juicio, y tampoco disfrutarás de las
lagunas paradisíacas de expectativas angelicales‖ ―contestó el ser.

― ¡Te quitaste la vida! Y Dios está indignado contigo… Observa…
Te mostraré el reflejo del mar del Cielo, ahí verás por espacio de dos horas, toda tu vida si no hubieses cometido semejante tontería. ¡Cortaste de tajo los planes de Dios, para ti! Truncaste tu destino con la fatalidad, por ello aún no descansarás… prosiguió el personaje.

El fantasma de Beatriz, comienza a presenciar sobre la pantalla del
mar Celestial, lo que hubiera sido su vida…

Ve a Juan Esteban, una semana después del incidente, arrepentido, pidiéndole perdón, por no haber comprendido antes que era ella el centro de su corazón. Se observa, Feliz perdonándolo con un romántico beso. Ve su boda, los tres hijos que hubiese tenido, ¡Dos preciosos y rubios niños! ¡Y una lindísima nena, que se hubiese llamado como ella! Ve también el paulatino cambio de su personalidad, ve su arrepentimiento, ¡Su entrega a Dios y a Jesús! Y llora, cuanto llora, su oscura y fea sombra… Destila una corriente de chispas dolorosas…

Sus telepáticos pensamientos divagan en un monótono y lacónico comentario, una y otra vez, diciendo: ¡Dios mío! ¿Qué hice? ¡Qué castigo! ¡Dios mío! ¿Qué hice? ¡Qué castigo! Se podría decir, que su espíritu, enloqueció… De pronto, se acerca el etéreo ser, y le dice:

― Calma, calma, alma pecadora, te explicaré las secuencias que has
de continuar en tu divagar intermitente… Interviene, nuevamente el ser.

La oscuridad del lugar, por un momento la aterroriza, más luego el ser
deshace su miedo, (diseminado en la atmósfera) lo toma entre sus manos y
lo suelta armoniosamente, transformándolo en una triste, pero reconfortante melodía de amor…

Beatriz, has aceptado tu culpa ―dice el ente de vestiduras blancas― y
aunque tu arrepentimiento, aquí no vale nada, seré un poquito
condescendiente contigo. Permanecerás durante cien años, en éste lugar,
recreándote continuamente con la película de tu vida. Sufrirás, cada detalle
de tu cortada existencia, ese será tu castigo. No descansarás ni un solo
instante, vendré a vigilar tu expiación cada veinte años. 

―Pero no te preocupes, el tiempo aquí no existe, es sólo ilusión… Acto seguido, el ser vestido de blanco, sumerge sus manos en el espectro de quien fuera Beatriz y sustrae las oscuras sombras que la habían atormentado, durante su corta existencia.

― No, es que no tengas la culpa de tu maldad, ¡Claro que la tienes!
―asevera el personaje― Dios, te ofreció en un sinnúmero de ocasiones la
opción del arrepentimiento, ¡Te obsequió el libre discernimiento! Pero
preferiste, el camino errado. Estas esencias oscuras que retiré, se las enviaré a expertos celestiales, para que la indaguen y las pesen. Luego de esto, volverán nuevamente a ti, así, siempre lo quisiste. ¿No? Y posteriormente sentirás, en forma paulatina; como disminuyen los sentimientos negativos…
  
Éste lugar de remisión y castigo, se encargará de exterminarlos en forma
total. Al transcurrir el tiempo te convertirás en un espíritu pulcro y libre de
pasiones desordenadas (propias del pecado original).




Novela completa registrada
Todos los derechos reservados
Venus Maritza Hernández






No hay comentarios:

Publicar un comentario